Podríamos definir el concepto Industria 4.0 con dos palabras: Fábricas inteligentes o smart factories. Digamos que es una nueva manera de organizar los medios productivos para conseguir una mayor eficiencia y un mayor aprovechamiento de cada uno de los recursos. La Industria 4.0 no es otra cosa que la digitalización de la industria y todos los servicios que conlleva.

Ventajas de la Industria 4.0

Los procesos más se vuelven más depurados, repetitivos y sin errores ni alteraciones. Con ello, conseguimos una producción ininterrumpida (24 horas).

La calidad aumenta porque la automatización hace que los procesos sean más precisos (pesos, medidas, mezclas…) 

Al ser más eficientes se produce un importante ahorro de costes: menos personal, menos errores y mayor eficacia energética.

Los tiempos de producción disminuyen.

Hay una mayor seguridad para el personal implicado en cada proceso. 

La producción es mucho más flexible, ya que el producto es adaptable a los requerimientos de cada empresa en particular.

El flujo de datos es ahora mucho más eficiente gracias a las redes de comunicación. Se reducen los tiempos de reacción y la toma de decisiones.

La competitividad empresarial es mucho más elevada. Se da mejor respuesta las necesidades de los mercados, se ofrecen productos de alta calidad y se reacciona de forma más veloz y flexible a los cambios.

Asegura un gran potencial para conectar a millones de personas por medio de las redes digitales.

La gestión de los activos es más sostenible, pudiendo incluso regenerar el medio natural.

La eficiencia de las organizaciones mejora en eficacia de forma manifiesta.

Inconvenientes de la Industria 4.0

No todas las organizaciones se están adaptando a buen ritmo a los nuevos métodos. Muchas industrias corren el riesgo de quedarse muy desactualizadas en poco tiempo.

No siempre los gobiernos y sus legislaciones cambian y evolucionan a la velocidad que la industria y los avances tecnológicos requieren. Sin embargo, deben regular, y no centrarse únicamente en obtención de beneficios.

Hay que tener cuidado con los equilibrios de poder, ya que la innovación y el acceso de los recursos pueden hacer que cambien de forma excesiva e incluso peligrosa.

Los avances industriales a excesiva velocidad pueden permitir que crezcan las desigualdades y que exista cierta fragmentación social.

El personal necesario en los nuevos procesos es más especializado, y no siempre es fácil acceder a estos perfiles.

El coste de la inversión es ahora más elevado, especialmente al principio. No obstante, hay que tener en cuenta el ROI, y a medio y largo plazo, se recupera de sobra, pero de inicio tal vez no todos puedan hacer frente a los costes.

La industria 4.0 tiene una enorme dependencia tecnológica, dada la gran especialización requerida en la maquinaria. Así pues, se desarrollan necesidades específicas nuevas que deben ser identificadas y solucionadas lo antes posible.

Como es lógico, aparece la obsolescencia tecnológica. El riesgo es muy alto y debe ser tenido en cuenta en todo proyecto inicial para calcular el ROI y la amortización de la inversión, entre otros factores.

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